Por: Milagros de la Angeles
¿Cuántas veces te has enganchado en una situación negativa que debió quizás durar solo minutos y sin embargo, está allí en tu mente por largo tiempo? En algún momento de nuestra vida hemos vivido alguna situación desagradable con personas que están en nuestro círculo de relaciones.
Así como hay momentos felices y agradables también se nos presentan los intolerables, desagradables e inoportunos momentos grises, cuando alguna persona nos dice algo que nos saca de nuestras casillas, nos molesta o simplemente daña nuestro día, bien sea con intención o no. Es normal que reaccionemos con cierta molestia y reclamemos con razón, aquello que nos incomoda. Lo que no puede pasar es que eso quede resonando en tu memoria por mucho tiempo, esperando el día para dar el zarpazo final.
Aquello que te moleste soluciónalo en el momento que surge y directamente con la persona involucrada, acláralo y cierra el círculo; si tal situación se ha conversado y solucionado, pues hasta allí debe llegar, mal estaría si esperas más adelante para adoptar una actitud revanchista y de venganza, tal actitud trae roces y alejamientos innecesarios, además de contaminar tu ser con sentimientos que no ayudan a tu bienestar.
Lo solucionado, solucionado está, déjalo atrás, no lo traigas al presente de nuevo, no abras el círculo, con la típica frase de “estaba esperando este momento”; “te acuerdas cuando tu me dijiste esto o aquello”, no te enganches, no le des fuerza a la situación, por más incómoda que haya sido para ti, olvídalo, pasa la hoja.
Recuerda que el equipaje debe ser liviano y si es posible lleno de flores.
¿Cuántas veces te has enganchado en una situación negativa que debió quizás durar solo minutos y sin embargo, está allí en tu mente por largo tiempo? En algún momento de nuestra vida hemos vivido alguna situación desagradable con personas que están en nuestro círculo de relaciones.
Así como hay momentos felices y agradables también se nos presentan los intolerables, desagradables e inoportunos momentos grises, cuando alguna persona nos dice algo que nos saca de nuestras casillas, nos molesta o simplemente daña nuestro día, bien sea con intención o no. Es normal que reaccionemos con cierta molestia y reclamemos con razón, aquello que nos incomoda. Lo que no puede pasar es que eso quede resonando en tu memoria por mucho tiempo, esperando el día para dar el zarpazo final.
Aquello que te moleste soluciónalo en el momento que surge y directamente con la persona involucrada, acláralo y cierra el círculo; si tal situación se ha conversado y solucionado, pues hasta allí debe llegar, mal estaría si esperas más adelante para adoptar una actitud revanchista y de venganza, tal actitud trae roces y alejamientos innecesarios, además de contaminar tu ser con sentimientos que no ayudan a tu bienestar.
Lo solucionado, solucionado está, déjalo atrás, no lo traigas al presente de nuevo, no abras el círculo, con la típica frase de “estaba esperando este momento”; “te acuerdas cuando tu me dijiste esto o aquello”, no te enganches, no le des fuerza a la situación, por más incómoda que haya sido para ti, olvídalo, pasa la hoja.
Recuerda que el equipaje debe ser liviano y si es posible lleno de flores.
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